¿Los duendes me odian? x)

Ese día había llevado mi entrenamiento al extremo que no llegue a la hora de la cena pero tenía tanta hambre que no estaba de más intentar romper las reglas, entonces me dirigí a la cocina pensando en un aperitivo, empezando a imaginar todas las cosas que podía obtener y al siguiente instante sabía lo que quería. - Chocolate.- Murmure enumerando mentalmente todos los platillos que le contenían, todos eran increíblemente deliciosos, obviamente amaba el chocolate con toda mi alma y no era raro si en casa mi madre me había enseñado a cocinarlo pese a mis pequeños accidentes que en ese momento me fueron recordados por un par de duendecillos que intentaban empujarme hacia fuera. - ¿Vamos ahora que pasa?- Les pregunte pero no recibí una respuesta, tan solo podía sentir las manitas que ahora me jaloneaban de las orejas e intentaban llevarme fuera.

- Déjame entrar prometo no quemarla como la última vez.- Le suplique a los duendes que insistentes querían alejarme de ahí a toda costa, sobre todo por que tenían miedo de verme dentro, cocinando y echando a perder la estuve o ver las ollas saltando por todos lados. - No sean exagerados solo cambie el color.- Bromee suavemente mientras una silla empezaba a empujarme intentando sacarme del lugar, entonces recordé cuando Rodolf Scamander –mi padre- tuvo que venir del trabajo para ver lo que había hecho su primogénito.- Fue solo un descuido.- Bufé empezando a molestarme para su actitud, me cruce de brazos y cuando menos lo esperaba les vi venir con una charola con lo que pretendía tomar; Malteada de chocolate, bizcochitos, un par de galletas e incluso un flan con cubierta de caramelo achocolatado…

- Creo que comería todo esto pero…- Musite suavemente retando a los duendes mientras tomaba la charola, puesto que parecían dispuestos a darme cualquier cosa con tal de que me fuera pronto, fue entonces que incline la cabeza agradeciéndoles y luego de ello me di la media vuelta hacia el pasillo cuando me encontré a quien menos esperaba…

- Bien bien se han logrado deshacer de mi.- Comente a los duendes en forma de juego al momento en el que me alejaba con la charola entre las manos para acercarme a mi compañero de casa con una afable sonrisa en los labios. – Buenas noches Gabriel.- Salude cortes mente mientras le hacia una leve inclinación con la cabeza sin perder los candidos gestos que me caracterizaban. – Parece que me he adelantado a tus intenciones de saquear la cocina.- Comente pícaro un par de segundos después señalando la bandeja con la mirada.

- Pero si quieres puedo compartir mi botín contigo.- Ofrecí con la misma cordialidad esperando que aceptara pese a que no habíamos compartido gran cosa en la vida dentro del colegio dada la diferencia de curso y bueno a mi me interesaba tener amistad con los demás Raven principalmente por mi puesto en el equipo de Quidditch. – ¿Te parece si vamos a la torre de astronomía?- Le pregunte con una sonrisa dando por seguro que aceptaría para luego señalar con la mirada hacia el pasillo dando la referencia de un pasadizo que nos guiaría a ella y emprendí rápidamente el camino esperando a que me siguiera. -Vamos no seas remilgoso que nadie le dice que no al chocolate.- Añadí invitándole de forma gentil volviendo a incistirle.

Continúe mi camino por el pasillo esperando a que mi compañero me alcanzara – sabiendo que por obstinados que fueran al final no podían legarse al chocolate- pese a ello me lleve una sorpresa puesto que era su felino el que me seguía, baje la mirada al gatito cuando escuche la vos del castaño y en ese momento una sonrisa traviesa afloro en mis labios. – Vamos Mirlo si tu amo no quiere compartiré contigo mi botín. – Anuncie finalmente a su mascota que ahora se refregaba contra mis piernas, me agache un poco y le acaricie la cabeza.

- Ale Ale vamos a la sala común antes de que nos pillen... - Le murmure al gatito lanzándole una mirada a su propietario, le hice un guiño cómplice y me volví al pasillo para tomar un atajo hacia la sala común de nuestra casa y poco después nos encontrábamos frente al águila que anunciaba su acertijo. – No es el león y tiene garra; no es pato y tiene pata… - Entonces negué con la cabeza demeritando la pregunta. – Parece que se han quedado sin imaginación, obviamente es la garrapata.- Respondí para luego mirar entrada despejarse, descubriendo a lo lejos los arcos y sin poner atención a mi compañero entre en la sala común dejando la charola sobre una mesa.

Posteriormente tire uno de los cojines del sofá sobre la alfombra para sentarme en posición de loto a la vez que descubría a mi amiguito sentándose junto a mi acomodando su cabeza en mi pierna suplicando y sin pensármelo le di una suave caricia. – Creo que había algo de carne entre todo esto.- Bufe hurgando con mi otra mano entre algunos de los trastos tapados en los que supuse irian sin preguntarme siquiera donde estaba el otro Ravenclaw.

En mi habitual despreocupación me dispuse a comer junto a la felina -como si de un compañero más se tratara- ignorando sin intención al castaño que nos observaba con cierto recelo, descubriendo su presencia cuando la gatita se aparto de mí saliendo en su búsqueda, corriendo hasta enredarse en sus piernas suplicándole que se quedara. – Vamos come un poco prometo permanecer callado.- Le respondí con afabilidad señalando un sitio junto a mi, sabiendo que a muchos de mis colegas les disgustaba socializar y tan solo se enfocaban a la rivalidad que existía llevándola a un nuevo nivel dentro de la casa. -¿Qué daño te puede hacer un poco de chocolate?- Inquirí divertido con una sonrisa llevando mi diestra a mis cabellos alborotándolos con ligereza, luego deje que se deslizara hasta mi cuello y una vez ahí ladee la cabeza en espera de una respuesta.

Off. Perdon no había visto que me contestaste x)