Entre la varita y la pared [próximo a abrirse]

Caterina Usher siempre había tenido sueños extraños, en ellos siempre aparecía la misma persona, una mujer alta, imponente de pelo largo y oscuro como ala de cuervo. A eso no se le llamaba sueño, sino pesadilla. A veces se despertaba y creia estar soñando aún, a veces soñaba y creía estar despierta. Era por eso que el resto del dia, a la luz del sol , pareciese tan ausente y reservada ¿No podría hacerse su pesadilla una realidad? Porque la persona de su pesadilla existía.....

Caterina Usher se sentó en su cama oscura con telas verdes, notaba bien la presión de vivir en lo más profundo de Hogwarts. Lo comparaba con la Perséfone de la mitología Muggle, era como una carcel oscura y lúgrube. Caterina suspiró con resignación a la vez que se tumbaba sobre el lecho frío. Cerró los ojos y sujetó con fuerza la cadena de plata que colgaba de su cuello, era una cadena antigua, con una especie de triángulo golgando de ella, era simple, pero siempre la había tenigo consigo.

El sueño se fue apoderando de ella conforme pasaban los minutos, empezó a ver cosas, a soñar, el triangulo de plata resplandecia y en los dedos, en la palma de la manos notaba un cosquilleo, como si lo que sujetaba tuviese vida propia. Si, estaba en lo cierto, y no sólo eso, sabia que la vigilaba y que tenia que decirle algo. Caterina, asustada, soltó el colgante, como si le quemase, tenía la respiración agitada pero no habia despertado a sus compañeras de habitación, hasta en sueños la ignoraban.... Toda la habitación daba vueltas, pero ella se seguia sintiendo extraña, no sabía porque, pero s levantó rápidamente de la cama, algo tenia que hacer, estaba confusa, si, pero tenia que ir a algún sitio....

- Caterina.... Caterina....

Se estaba volviendo loca, se llevó las manos a la cabeza y los dedos se le enredaron en el cabello, llegando a incluso hacerle daño. Poco a poco fue calmandose su ánimo, de una manera antinatural, Podia por cada respiración, cara crujido. Cerró los ojos y sus pies comenzaron a caminar, paso a paso, atravesó la habitación, la sala común, las frias piedras del suelo le hacian daño en los pies, pero se sentia extrañamente insensible. No tenia miedo a que la encontrasen, sabia que no la iban a encontrar, el porqué de ello le era desconocido.

Sólo se quejó cuando sus pies desnudos tocaron la nieve helada del exterior del castillo, aún así ella seguia hacia delante, sin hacer caso de nada mas.
De pronto, sus pies pararon, se quedo quieta como una estatua, habia otro frio distinto... como si le soplasen en el cuello y un escalofrio recorriese todo su cuerpo. Todo se quedo en completo silencio, tan solo oia el aire que salia y entraba en sus pulmones.

Ante todo sentia una cosa: Miedo

- Caterina, Caterina......

Un miedo irracional, animal, debia correr, gritar, llorar, pedir ayuda ya mismo, pero no podia moverse, estaba completamente paralizada. De la nada, unos pasos sonoros pero lentos se aproximaron a ella. Caterina respiraba como una loca, lágrimas de miedo recorrian sus mejillas, gemía de pavor. ¿Porqué?
Sabia que antes de sentir ese miedo tan profundo, antes de volver ala realidad, habia hecho algo, algo malo. Se miró las manos, tenian óxido, en una sujetaba la varita, y una especie de cadena bajo sus pies. Horrorizada levantó la mirada cuando una figura alta y oscuro se aproximó a ella en total silencio.

- Caterina.... - susurró la figura humana con voz aterciopelada.

Caterina Usher cayó de rodillas, temblorosa al reconocer la voz de la persona encapuchada.

- Graciasss.... - volvió a decir la alta figura, transmitia un cierto regocijo. Se inclinó hacia delante a modo de saludo burlón. Fue entonces que, como una rayo, sacó la varita de la capa oscura, apuntando a Caterina. La chica ya no sentia esperanza, sabia que esa persona era capaz de todo, incluso de matarla.....

Caterina logró oir algo, un susurro apenas y entonces cayó desplomada en el suelo, quien sabe si llegara a recordar, siquiera a levantarse.