La ley del todo o nada. No tengo nada que perder ¿no? [ Katherine ]

Después del extraño encuentro que había sostenido con su rubia amiga en … ¿Dónde fue que había sido? ¿Manhattan? ¿New York? No era un verdadero conocedor de la geografía, pero en realidad, la verdad era que cuando estaba con ella cualquier cosa pasaba a segundo plano, y del tan fugaz momento que compartieron en el banquete de inicio de curso, a pesar que desde aquel día pasaban la mayor parte del tiempo juntos el aun no se atrevía a volver a repetir lo que había soltado aquel día luego del karaoke. Se pego en la frente cuando recordó el tan patético “Megustas” que había lanzado sin siquiera que la rubia le hubiera entendido, incluso el no haber seguido algunas de sus señales ¿Pero… eran realmente señales? La verdad es que él no entendía mucho de mujeres, pero ante todo era un caballero.

Aunque recordaba perfectamente a su primo James mencionarle en la mañana -Vamos Fredie, lanzate… lo peor que puedes hacer es no intentarlo- Haberlo visto desarreglarse el cabello, como antaño hacia su abuelo y entonces agregar -Además a las mujeres le gustan los hombres seguros de si mismo- Luego de eso le hubo pasado una mano por el pelo, para despeinarlo y desordenarle un poco su uniforme, sacando la camisa hacia afuera. -Ey, mas respeto con tu prefecto!- Le había lanzado el pelirrojo luego de que su primo se tomara tan a la ligera lo que al pelirrojo le pasaba.

Mas ahora mismo se encontraba camino a la sala de requerimientos donde como había sido planeado lo esperaría Teddy, si, Teddy Remus Lupin. Quien junto a Lorcan Scamander, uno de sus mejores amigos y a su primo, habían planeado toda una estrategia, caminando por las escaleras cambiantes se le vino a la mente el momento en que todos le atormentaban.

-¿Pero que hago si ella no desea lo mismo que yo en la sala de requerimientos? Ya todos nosotros conocemos como funciona y si ella no … - El pelirrojo había sacudido su cabeza, evitando cualquier pensamiento y razonamiento que tirara por la borda el plan que llevaban -Vamos Bro, sabes que no será asi… Laila me lo ha asegurado, por Merlín confía en su hermana!- había lanzado el rubio ravenclaw, aunque a decir verdad el motivo de su confianza hasta la castaña hermana menor de Katherine, el la sabia mas que bien. Fue cuando una mano se poso en su hombro -Fred, solo ten seguridad… de ninguna manera esto saldrá mal- comento un optimista Teddy, pero su comentario fue opacado por el de su primo -Y si no, vele el lado positivo. Ya no tendre que molestarte solo porque eres prefecto- Bromeo James sentado en una de las graderías del campo de Quidditch, lugar donde se encontraban los cuatros, lugar donde pasaría desapercibida cualquier reunión entre ellos, mas que mal, tres de cuatro eran los capitanes de quidditch de sus respectivos equipos. El pelirrojo suspiro ante el comentario de James y dirigió su mirada hacia el rubio -¿Leila ya sabe lo que tiene que hacer? No olvides darle la nota que te di para Kitty- se llevo una mano a su nuca, rascándose la cabeza mientras intentaba asegurarse de que todo iba a salir bien, porque, ¿Qué mas podría pasar? Kitty, bueno, ella era su amiga ¿no? Eso no cambiaria por nada -Esta noche en la sala común se lo pediré, pero te aseguro que te ayudara- comento el rubio en respuesta a la pregunta del pelirrojo y entonces el recuerdo se desvaneció.

El pelirrojo terminaba de llegar hasta la séptima planta, trayendo a Clarisse entre sus manos, su guitarra que lo acompañaría en aquel momento tan crucial para la vida de un pelirrojo como el. Ya había decidido cual sería la canción que le cantaría a la rubia y seria su forma de decirle lo que sentía por ella, y si, era algo arriesgado, pero cuando Fred Weasley II quería algo, corria el riesgo y se arriesgaba por ello. Mas dar vuelta la esquina que lo llevaría a la sala de menesteres vio el primer cambio de sus planes. Tal como lo esperaba Teddy se encontraba en el lugar y justo en el sitio donde se suponía se abria la entrada a la sala se encontraba una menudita castaña apoyada con su espalda y jugando con sus dedos -¿Pero no estarías con Kitty?- Fue lo primero que el pelirrojo exclamo al verla y se acerco hasta ellos, la castaña solo hizo un gesto con la mano para que la escuchara y comenzó a explicarle -Fred ¿Quieres que esto sea sorpresa? Pues creeme que es mejor lo que decidimos con Lorcan, Kitty simplemente me sacaría la verdad?- Declaro la chica mientras el pelirrojo daba tres vueltas por el pasillo pensando en lo que quería encontrar en la sala, la que se abrió y descubrió ante el un pequeño escenario, con un micrófono, un taburete, equipos de sonidos, un sofá y una pequeña mesa con algo de cenar -Woow! Yo también vendre aquí cuando me declare- Clamo un despreocupado Teddy, pero ante las miradas de curiosidad que le lanzaron tanto la castaña como el pelirrojo su sonrojo se hizo evidente, y tomando de la mano a Leila comenzó a caminar en dirección contraria a Fred deseándole suerte, mientras Leila hacia lo mismo por su parte.

Ya dentro de la sala, la pared se cerro detrás de el, y el intento preparar todo lo mejor posible, aunque simplemente no había nada que preparar, pues la atmosfera estaba realmente “encantadora” y realmente esperaba que aquello fuera especial, a continuación lo que hizo fue conectar a Clarisse a uno de los parlantes y se sento en el taburete, esperando que de un momento a otro la rubia apareciera delante de el, aunque lo que este no sabia era que había conectado mal la guitarra.

El delicado movimiento de los parpados al desplazarse permiten la entrada de un débil haz de luz marcando el final de un sueño, tan efímero que apenas había alcanzado a degustarlo, mientras una pregunta asalta su tranquilidad. –¿Ha sido de verdad o solo una dulce ilusión de mi cabecita?- Se pregunto en el momento en el que recuperaba si visión, encontrándose con su manita reclinada sobre la almohada luciendo la pulsera que le habían regalado sus amigos del día de su cumpleaños, destellando gracias a los dijes que le entregase cada uno, donde sobresalía una guitarra plateada que le recordaba a su petirrojo y al mismo tiempo evocaba la aventura que tuvieron hace unas semanas en Manhattan. –Todo era perfecto, la música, el ambiente, el beso…- Murmuro notando como un ligero tono cerezo cubría sus pómulos propiciando que el calor subiera a su rostro tras recordar la calida noche que paso entre sus brazos durmiendo en ese trocito de cielo, el despertar a su lado encontrarle durmiendo con una tranquilidad infinita como nunca antes lo había visto e inclusive lo increíblemente tentador que era romper esa ínfima distancia para unir sus labios con los propios en un delirante despertar.

No obstante sus intenciones se desvanecieron cuando un susurro escapo de los labios del pelirrojo. –Es solo tu amiga y a una amiga no se le hace eso.- Fue entonces que se había vuelto a acomodar sobre su pecho fingiendo que dormía a la vez que era arrullada por el suave tamborileo de un corazón, luego los recuerdos de esa noche se habían desvanecido avanzando en el tiempo hasta el banquete de inicio de cursos donde tuvo una oportunidad más para intentar cualquier cosa pero por temor a perder su amistad se limito a abrazarle mientras las luces volvían a su sitio –sin bajar la guardia por lo que el rubito responsable pudiera hacerle como pintar su rostro con un marcador o cualquier otra cosa- finalmente llego a su mente un recuerdo anterior a todo eso, la confesión atropellada que ella misma había detenido y no pudo evitar preguntarse que habría pasado si no lo hubiera hecho callar. -No seas boba Kitty…- Murmuro levantándose de golpe de la cama quedando sentada con las manos al frente con la intención de quitarse la pulsera, después le dejo con cuidado en su estuche para marchar con gracia felina hasta los servicios donde tomase una ducha aromática con agua caliente y tras ataviarse con su uniforme regreso la pulsera a su sitio.

Finalmente se apresuro a ir a clases pasando desde una increíble cátedra de DCAO hasta una entretenida clase de encantamientos que terminaron por terminar con todos sus pensamientos o al menos apaciguarlos. –¿He Kitkat me darías con consejo?- Le grito la del rubito que tenía por mejor amigo invitándole para dar el paseo habitual por el patio del reloj, una vez ahí se sentaron en las escalinatas a charlar sobre los planes que tenía para declararse a su hermana y sin pensarlo le miró con ilusión al imaginar a alguien tomándose tantas molestias por ella. –Que tontería.- Musitó sin pensarlo en vos alta dejando que el rubio me escuchara. –Debiste esperar a que me fuera para decirlo.- Bufó con una fingida molestia incitándome para que hiciera lo mismo de siempre y terminara abrazándole. –Sabes que no es por ti Sunshine pero si no se lo digo siento que terminare volviéndome loca.- Aceptó recordándole a su amigo lo que sentía por el pelirrojo aunque era redundar cuando el sabia lo que había pasado en el país extranjero. –Vamos Kitty dale tiempo, recuerda que a los chicos nos gusta ser los primeros y si no lo hace al final del curso le gritare con un megáfono de los muggles que tanto adora lo idiota que es hasta dejarlo sordo.- Comento con su peculiar sentido del humor levantando la mano para despeinarme pero sorpresivamente esta se desvío hasta mi espalda para estrecharme con fuerza.

-Loki pero no es necesario…-Susurró negándose a que le hiciera daño por leve que este fuera pero no me dejo terminar la frase, se levanto del frió asiento y me extendió la mano para que me levantase. -Vamos cuñadita que los chicos nos esperan en la sala de los menesteres.- Anuncio como si nada invitándome a acompañarle pero una vez ahí fingió haber olvidado algo. –Lo siento pero debo ir a entregar el ensayo que me dio la directora por castigo por lo que tu ya sabes…- Añadió echándose a correr por el pasillo, más no pasaron ni dos minutos cuando estaba de vuelta y rápidamente me coloco una nota entre las manos. –Freddie me pidió que te la diera, no le digas cuanto he tardado o me colgara.- Terminó sin dejarme hablar mientras se desvanecía nuevamente en la oscuridad del tercer piso, luego volví la mirada a la nota y sin más preámbulos desenrolle el trocito de papiro.

-¿Qué desearías encontrar en la sala de los menesteres?...Piénsalo bien… Fred…- Musitó el contenido del mensaje en un murmullo apenas audible, acto seguido dio un paso hasta quedar frente al muro y sin pensarlo poso sus dedos en el suave al tapiz. -Llévame a donde esta mi petirrojo.- Murmuro bajando paulatinamente sus parpados mientras se enfocaba en las cosas que le llevarían a el estuviera donde estuviera; Comida, un buen equipo de sonido y su inseparable Clarisse. -No me falles ahora- Susurro para deslizar su diestra a la altura donde estaría la perilla de la puerta, poco después dejo que se enredase en esta intentando girarla y después escucho el sonido de la desvencijada madera rechinar al tiempo que sus ojos volvían a abrirse.

Una vez dentro de la sala busco con la mirada el sitio donde se encontraba su amigo, encontrándose con el sentado en un taburete, fue entonces que se apresuro a entrar mientras la puerta se cerraba tras ella por el efecto de la magia.-¿Tendremos una fiesta de karaoke?- Inquirió mirando tan bello decorado pero dentro de toda esa perfección había un detalle que no encajaba, así que levante uno de sus dedos señalando el cable mal colocado guiándolo hasta su sitio y una sonrisa dulce afloro en sus labios. -¿Pero donde están los demás?- Preguntó ladeando la cabeza hacia los lados para descubrir que estábamos completamente solos… -¿A que hora vendrán?- Continó con en interrogatorio algo inquieta al recordar lo que había pasado en un escenario parecido a este intentando no inmutarse.