Rememorando el pasado con toques de un futuro cercano [ Victoire Weasley ]

El día no había sido tan pesado para ella, por lo menos no más de lo que esperaba soportar un día como hoy. Los recuerdos eran algo de vez en cuando, constante en la vida de la gente, y en medio de las clases se acordaba de pronto de la vida que poseía, de ser la primera Weasley en entrar en una casa que por la mayoría de ellos es odiada, y de que a pesar de eso, poco le importaba lo que pensaban los demás. Aunque quisiera, he intentara con sumo interés, sabía de antemano que con sus primos no se podría llevar del todo bien pues tal y como dice su tío Ron, hay que hacerles la vida imposible a las verdes serpientes. Ella sabe que no lo hacen con ella porque a pesar de todo lo que ocurre, es familia, y que se siente cómoda al saber que Albus también acaba en su misma casa, pero algo persiste ahí, y no le acomoda del todo. Al fin y al cabo, no hay que negar lo que uno es. Ella, acepta todo lo que es, el que sea seria la mayoría del tiempo, el que pocos se atrevan realmente acercarse porque es alguien que se ve demasiado arriba del estatus normal. No sabía si culpar a su sangre de eso, pero ya no se hacía atados por ello. Sólo había que continuar con la vida, y si por la familia de su madre, ella había terminado quedando en esta casa, ella lo aceptaba por completo sin encontrar problemas. De pronto un largo suspiro y una mano en su cabeza hicieron que ella mirara al profesor. - ¿Puedo ir a la Enfermería? No me siento bien. – Eso bastó para que de una vez por todas, ella saliera de su salón de clases.

¿Ustedes creen que había ido allí? Pues si realmente lo piensan, es que no la conocen. Había terminado moviendo sus piernas hacia los exteriores del castillo que sabría que podrían estar más calmados y apacibles que la gran parte de los pasillos de este Colegio. Más cuando salió notó como el guardabosques había tenido la gran idea de hacer una clase en medio de los jardines, haciendo finalmente que ella se fuera a caminar sin ningún rumbo aparente, más cuanto más se acercaba a los lindes del bosque, más decidía no entrar en esta ocasión. Es por lo mismo, que acabó encontrándose a algunos metros del sauce boxeador, aquel árbol rebelde y agresivo, ahora se encontraba plácidamente detenido. Es por ello que se acercó con tranquilidad, y con un silencio en sus pasos que la hacía pasar desapercibida. De pronto, una voz hablaba y ella sonreía levemente reconociendo un timbre de voz que no podría por ningún motivo olvidar. Se apoyó en la corteza del árbol, al otro lado de donde se encontraba el chico. Sabía que no podría verla, porque por más que lo intentara, su cuerpo era un cuarto o menos del grosor que tenía el tronco del sauce. – Las personas importantes deben ser de alguna forma recordadas. – Susurró como respuesta, pues comprendió fácilmente a quienes se refería. No pudo callar, sintió que debía decir aquellas palabras.