Buscando un sitio tranquilo, quizá un libro...[Libre]

Tras el inicio de clases empecé a programar mentalmente una nueva rutina para este ciclo –de manera autónoma como todo buen ravenclaw- entrelazando las clases con los posibles horarios para el entrenamiento de Quidditch, sin embargo, no alcance a fijarlo por que mi cabeza se anticipo a ello agitándose de un lado a otro lanzando fuera la palabra “entrenamiento” reemplazándola inmediatamente por “audiciones” y al mismo tiempo evitaba la palabra “prueba”, siendo que carecía de sentido para mi resaltándome inconscientemente mi creencia en cuanto al juego “simplemente tienes talento o no lo tienes” auque no es cuestión de vida o muerte al menos fuera del campo. – Pero que va…- Me recrimine suavemente por ese pensamiento tan extremista mientras aparecía en la extensión de hierba donde se impartían las clases de vuelo con una maleta con pelotas de Quidditch en una mano y con mi escoba sostenida por mi diestra. – Es un simple juego de estrategia.- Sentencie para mí al tiempo que dejaba caer el bloque de suelo en el piso pero lo hice de una forma tan distraída que termino por abrirse dejando salir una de las pelotas.

- No otra vez.- Bufe suavemente mirando como esta se lanzaba contra mí intentando golpearme pero no lo consiguió puesto que se paso de largo siguiendo su trayectoria hasta estrellarse con una de las ramas del sauce boxeador más adelante regresando hacía a mi, no obstante, mi sentido innato de la sobrevivencia me hizo tomar el bat que estaba en la maleta y la golpee con toda la fuerza que tenía de manera aleatoria. – Solo espero que no aparezca nadie por aquí.- Me dije al tiempo que miraba la pelota tomando otra trayectoria hasta estrellarse con una de las romas superiores del viejo tronco. – Maldición.- Bufé mirando como la bola cobraba altura, entonces tome mi escoba y la puse en forma horizontal. –Elévate.- Le ordene con autoridad para después subir a ella para ir a toda velocidad para lanzar la pelota lejos del campus pero aquello no hizo más que convertirse en un juego de pin pong avanzado.

- He si no fueras un peligro te pediría como asesor para los entrenamientos.- Le dije al sauce desde lejos con una sonrisa en los labios mientras seguía energéticamente la contienda, pese a ello uno de sus lanzamientos me hizo titubear logrando que el golpe que le diese a la esfera solo consiguiera aminorar su velocidad y sin que pudiera evitarlo esta se estrello contra el cristal de la biblioteca. – Demonios.- Me dije al tiempo que emprendía el vuelo esperando que nadie resultara herido con los cristales, me acerque a toda velocidad deteniendo la bola con un hechizo de levitación y me quede ahí flotando en la escoba frente al edificio buscando rápidamente con la vista a cualquier habitante. -¿Alguien?- Inquirí suavemente buscando alguna respuesta esperando que la bibliotecaria no apareciera por el ruido por imposible que pareciera dado el estruendo que produjo el cristal al quebrarse y al mismo tiempo invocaba mi buena suerte.

Al mismo tiempo que lanzaba mi pregunta al aire analice rápidamente la habitación con la mirada, descubriendo una biblioteca vacía como solía ocurrir los primeros días de clases al terminar las clases, así que me limite a expulsar la pelota por donde vino dando un golpe certera en la maleta que al sentir el impacto se cerro y gracias al hechizo que había sobre ella regreso al almacén.- Aquí no ha pasado nada.- Me dije despreocupado mientras entraba por la ventana, deje mi escoba en el suelo y sin pensarlo dos veces apunte a la ventana con la varita. – Reparo.- Bufé suavemente para que esta regresara a su estado original antes de que la bibliotecaria apareciera, mirando como los trozos de cristal se elevaban del suelo y volvían a formar la estructura sólida que era la ventana.

- Ahora a tomar mi bocadillo de la tarde. – Me dije con una sonrisa pensando en ir a las cocinas, sobornar a algún elfo para que me diera algún postre e ir al patio del reloj a tontear un rato con mis amigos más no paso ni un minuto cuando una chica había salido de alguna de las esquinas oscuras del lugar algo alarmada. – Shhh por favor no levantes la vos que estamos en un recinto sagrado.- Le pedí tras escuchar los pasos de la mujer que terminaba de dar su vuelta de rutina, al mismo tiempo que asentía a mis palabras con aprovación y que después de ver que todo estaba “en su lugar” se ubicó tras su escritorio. – Sinceramente lo lamento pero no tienes que exaltarte, al final no paso nada y sí aun así quieres una compensación are lo que me pidas.- Murmure con una sonrisa cómplice a la joven tratando de librar un castigo seguro, más no era por el miedo a pasar una tarde en humedad de la sala de castigos, si no por que no era el plan más atractivo para iniciar el año y por otra parte deseaba hacer travesuras en lugar de ser condenado por un “accidente”.

- Incluso te defendería de una ardilla gigante aunque mi vida dependiera de ello.- Bromee con mi naturalidad soltura, diciendo la primera tontería que me vino a la mente tratando de terminar con la tensión al mismo tiempo que miraba de soslayo a la mujer que se colocaba las gafas para empezar a leer y luego le devolví la mirada a la castaña en post de descubrir su respuesta.

Off. Gracias princesita x)

color=cyan]- De verdad lo siento.-[/color] Le respondí después de escuchar su explicación mientras pasaba distraídamente mi diestra desordenando mis cabellos, luego la deslice hasta dejarla a la altura de mi cuello y al escuchar su petición levante mi mano en forma de juramento dándole mi palabra - Prometido.- Anuncie observando como sus gestos se relajaban desvaneciendo la tensión del momento pero había fallado de nuevo y mi broma-como de costumbre- había explotado en mi cara, llenando de pánico a la joven incitándome a acercarme a ella extendiendo mi diestra regalándole una palmadita en la espalda. – He tranquila…- Murmure suavemente dándole una ligera caricia como la que daría a cualquier amiga intentando calmarla y tras escuchar su pregunta me separe.

- Lo lamento siempre bromeo con cosas tontas e improbables no pensé que eso te asustara…- Respondí con sinceridad algo apenado por mi falla para después sentir como mi mente se iluminaba y sin que la bibliotecaria me viera le regale una ranita de chocolate.- Tómalo a mi me hace olvidar las cosas desagradables pero guárdalo para después por que si lo comes aquí alguien se pone de muy mal humor.- Comente lanzándole una rápida mirada a la anciana y luego me volví a ella con una afable sonrisa dibujada en mis labios. – Por cierto, mi nombre es Lorcan… Lorcan Scamander…y el tuyo? … - Me presente con informalidad reparando por primera vez en que no le había visto antes pero aquella idea me abandono al instante tras relacionarle con las jóvenes recién trasladadas de esa escuela en Francia, por lo que simplemente espere a que me respondiera…

Inconscientemente le descubrí mirando mis colores distintivos con cierta incredulidad cuando hice aquel comentario de mi personalidad, incitándome a negar con la cabeza con suavidad mientras esbozaba una radiante sonrisa sin hacer ninguna aclaración limitándome a escuchar su presentación y cuando esta finalizo hice una ligera inclinación con la cabeza. - Me parece bien que así te llame el mundo pero como no soy como todo el mundo te llamare…- Anuncie al tiempo que analizaba su nombre buscando un diminutivo interesante hasta encontrarle.- Sahae…- Sentencie al fin de una forma afable sin parar de mirarle.

- Me gusta mucho más que Aesa…- Anuncie encogiendo mis hombros al pronunciar el apelativo tan frío, tan formal, tan aburrido… - En definitiva Sahae va contigo.- Concluí llevando mi diestra a mi mentón sobándole suavemente pensando en ese nombre como algo más dinámico, alegre y hasta dulce… - Claro si no le molesta a la señorita.- Agregué aclarando mi intención de respetar su opinión como todo buen caballero pese a mi actitud de niño pequeño.