Whitzy Whitzy -James-

Una candida sonrisa se dibujo en mis labios mientras volvía a sentirme como la niña que suelo ser antes de todo, la chavala que sale a escondidas de todos con su cuaderno de dibujo con la intención de plasmar la luna en papel y nada arruinaría este momento – mi dulce quimera de ensueño- donde la única verdad era el viento que me mimaba con sus caricias, donde la realidad no hiere ni lastima, donde las luces centellantes se pierden entre las sombras de los árboles y la paz vive suspendida en el aire más allá de lo que nunca imagine.

Fue entonces que una gotita de lluvia se poso en mi nariz con delicadeza, anunciando la llovizna que lentamente empezaba a cubrir mi rostro, aumentando poco a poco su ritmo hasta conseguir cubrir mis ropas con matices de colores claro oscuros. – Whitzy Whitzy araña tejió su telaraña, vino el hipogrifo y se la comió.- Empecé a cantar con suavidad mientras admiraba mis pies sobre una gruesa alfombra multicolor de hojas; amarillas, naranjas, rojizas, verdes… Donde mis huellas desaparecían con la misma rapidez con las que se plasmaban en ella, gracias a las hijas que planeaban en un rítmico descenso que terminaba de formar el marco perfecto de un espectáculo teñido de gamas sombrías. – Luego re-vi-vió, se seco la sangre y Whitzy Whitzy araña otra vez trepo.- Continúe con la melodía descubriendo aquel paisaje vibrar gracias al reflejo de los hilos plateados de la luna, revelándome así la llegada del anochecer…

Entonces pretendí regresar al castillo con tranquilidad, sintiendo el paulatino apaciguar de la lluvia hasta desaparecer, resaltando así el aroma a tierra mojada, fue entonces que escuche el crujir de una trampa activada por alguna criatura hambrienta y sin proponérmelo seguí el proceder del estruendoso crujir -por simple curiosidad- inmediatamente el silencio volvió apagado solo por un chillido agudo que pedía auxilio antes de que el dueño fuera encontrado por su verdadero captor... - Silencio, tranquilo, te encontrare.- Musite suavemente como si la criatura pudiera escucharme al mismo tiempo que me entregaba una sensación extraña e increíblemente perturbadora sin inmutarme en lo absoluto, mientras mis pies avanzaban uno tras otro, intentando encontrarle antes que su agresor bajo la oscuridad del bosque entre las lúgubres sombras de los árboles retorcidos cuyas sombras se estiran dando la apariencia de ser manos ansiosas por atraparme…

Desde que recuerdo tenia una habilidad innata para moverme en bosque, ni su oscuridad, ni las sombras de las ramas lograban asustarme como cualquiera lo supondría y ni siquiera las criaturas que habitaban en el habían conseguido robarme un escalofrío. – Jeux d' enfants- Murmure evocando mi lengua materna con una radiante sonrisa en mis labios, puesto que había alcanzado velocidad tras acostumbrarme a la alfombra resbaladiza formada por las hojas empapadas por la lluvia e inclusive me había tomado de las ramas para impulsarme y cuando menos lo pensé me encontraba cerca del origen del estridente chillido.

Más no tuve tiempo para reaccionar, ahora escuchaba tras de mi los pasos silenciosos de una criatura “invisible”, ligeramente más pesados de lo normal mientras que su respiración se escuchaba agitada después de una buena carrera a través del firmamento y sin pensarlo una la sonrisa en mis labios se amplio. – Pandora has venido a buscarme.- Murmure en el mismo instante en el que me gire para verla descubriendo así a uno de mis amigo montado sobre mi corcel, dejándome de cierta manera atónita pero aquella frase digna de James me hizo volver a la realidad y sin pensármelo dos veces me adelante un par de pasos.

- El azul solo le sienta bien a mis ojos. – Musite suavemente como respuesta cortando el montaje de una mala parodia de un cuento de princesas, para después extender las manos para acariciar la crin de mi pandita que se había agachado en pos de alcanzarme y después levante la mirada hacia el azabache. – No todas buscamos la perfección James…- Añadí finalmente ante su evidente confusión, siendo que el se llevaba una sorpresa tras otra conmigo, pero no podía ser diferente mientras cualquier chica se sonrojaría tratando de ocultarlo y por mi parte le contestaba de una forma naturalmente espontánea.

- Y si no te molesta prefiero tener a mi lado a mi amigo y no al príncipe acostumbrado a robar suspiros. – Concluí con sinceridad para después sentir como el caballo oscuro me acercaba su nariz a mi pómulo en forma de caricia, luego le mire e inmediatamente pose mis labios en su frente. – He pandita no te pongas celosa también agradezco tenerte a ti. – Conteste al Thestral de forma dulce al tiempo que jugaba con sus cabellos y antes de que nadie pudiera decir nada más al fondo del bosque se volvía a escuchar el berrido de un animal herido o mejor dicho un unicornio.

- ¿Crees que…?- Inquirí dudosa a mi amigo temiéndome lo peor quedándome en silencio e inmóvil, intentando agudizar el oído para escuchar alguna otra criatura y evadir mis propios pensamientos.

Off. Lamento la demora patéame >.< lo merezco.