Encuentro en el Callejón [ Lorcan ]

Después de que le ofreciera la tarta hubo un breve silencio que me permitió apreciar el sonido que produce la madera al frotarse, dándome la impresión de que alguno de los jóvenes ahí presentes no tardaría en caer de la silla, pese a ello la imagen sonrojada de mi amiga me había distraído al punto de hacerme ignorar que ella era quien se estaba balanceándose sobre la silla y no pude relacionarlo ni siquiera cuando le vi desaparecer frente a mi. -¿Laila?- Pronuncie su nombre en forma de pregunta aunque sabía perfectamente que no era capaz de dejarme botado ahí solo, fue entonces que su vocecita bajo la mesa me hizo mirarla ahí recostada sobre la silla y con el rostro cubierto por sus manitas. –Vamos no seas tan dura contigo ha sido solo un accidente.– Le comente con mi acostumbrada despreocupación al tiempo que me levantaba de la silla, me incline sobre ella para tomarle de la cintura y después le ayude a levantarse pero en lugar de guiarla hasta su asiento la atraje a mi resguardándola en mis brazos.

-¿Te encuentras bien?- Inquirí en un murmullo aunque más que pregunta parecía una afirmación al tiempo que llevaba mi diestra a su cabecita acariciándola con suavidad, cerciorándome de que no existiera ningún bultito y cuando me cerciore que no tenia nada me separe con mi sonrisa acostumbrada. – No te preocupes nadie se ha dado cuenta.- Añadí acercándome para posar mis labios sobre su frente depositando un liguero beso a la vez que mis manos se aventuraban a acariciar sus brazos tratando de darle confort. –Además cualquier otro podría caer e incluso yo podría dar un paso en falso y tropezarme con mis cordones.– Agregué dándole a entender que me dejaría caer por que ella se sintiera cómoda en el lugar, después de eso tome el paquetito cerrado que venia junto a los libros y se lo entregue en forma casual sin darle pista alguna sobre el contenido del paquete. –Tienes que abrirlo dentro de una semana, dos días, 8 horas y 13 minutos. – Le comento de una forma divertida y antes de que pudiese protestar que era mucho tiempo negué con la cabeza. –Pero no lo intentes abrir antes; aunque lo abras antes no podrás ver nada, esta hechizado y no podrás arruinar mi sorpresa.- Le sentencie al final mirando cada una de sus reacciones obteniendo de ellas la seguridad para llevar a cabo mis planes pese al miedo que sentía al rechazo, simplemente tenia que intentarlo y lo haría aunque la vida se me fuera en ello.

- ¿Quieres hacer algo después de comer o debes regresar a donde el señor Williams?- Volví a preguntar mientras me separaba de ella para levantar la silla, olvidarme del impulso de precipitarme y mis deseos por besarle ahí mismo…

-Descuida, no paso nada- Exprese aun desde el suelo en el momento en que le oi llamarme por mi nombre, aunque claro, mi nombre que el siempre cambiaba, gesto que no me desagradaba para nada. Mas no pase mucho mas tiempo tirada en el piso pues mi amigo me alzo como si se tratara de una pluma a la que levantara y me sostuvo en un abrazo que me pillo totalmente desprevenida, aunque eso no le quitara lo agradable que era estar entre sus brazos, me sonroje, fue inevitable -Lo estoy- Dije en un murmullo casi apenas perceptible, pues me parecía que cualquier cosa que dijese podria arruinar la paz que sentia alli con el, y la verdad ni siquiera me importo que a nuestro alrededor hubieran mas personas y que nos vieran.

-No me importa si me vieron- Solte con frescura mientras deslizaba mis manos por su torso completando de esa manera nuestro abrazo. Pero algunos minutos pasaron y aquel abrazo se deshizo, me quede observandolo ante las cosas que me decia, absorta en sus indicaciones y en el hecho de que se caería solo para que yo me sintiese comoda. -No tienes por que hacer eso- Exclame ya mas tranquila y sonriendole -Basta con una distraida- Me mordi el labio y entonces fije la vista en el paquetito que puso sobre mis manos -Esto quiere decir que... lo debo abrir en el banquete de inicio- Dije segura, pues era lo que faltaba para que el nuevo curso en Hogwarts comenzara -¿Que estas tramando Lorcan Scamander?- Lo mire algo ceñuda, pero risueña, aunque no creia que se tratara de algo malo, mas bien una travesura tipica de las de mi amigo. Levante el paquete poniendolo casi a la altura de mis ojos y lo abri, comprobando con desilución que sus palabras eran ciertas -Lorcan! Sabes lo curiosa que soy! Ya quiero que llegue el día- Dije cruzandome de brazos y arrujando el entrecejo, mientras un puchero se formaba en mis labios, y mirandolo de aquella forma.

-Es una buena pregunta- Me gire en direccion contraria a Lorcan, posando mi mirada sobre la entrada que te llevaba al callejon, observando si mi padre o mi hermana entraban en el lugar, volvi a mirar a Lorcan y me encogi de hombros -Pues... ni idea... supongo que debo volver a casa sola- -Pidele que te acompañe- me decia mi subsconciente, y entonces, deslice el paquete hasta mi bolsillo y ya con la mano libre le tome de la mano con cuidado y seguridad -¿debes esperar a Lyss o puede irse sola?- Volvi a sonreirle, y es que la verdad era que no queria separarme de el, no aun, su compañia era tan grata, y su locura era tan agradable, que podria quedarme horas con el sin aburrirme, agregando claro, lo que sentía.

No pude evitar trazar una candida sonrisa en mis labios al mirar la soltura con la que había manejado la situación desviando mi atención a su manera tan peculiar de tomar mi obsequio, arrebatando toda mi atención sin permitirme apartar la mirada, justo en ese instante me comento la fecha en la que debía abrirle a lo que dí una simple confirmación asintiendo con la cabeza y en el momento en el que me pregunto lo que estaba tramando me encogí de hombros negándome a contestar. - Tendrás que averiguarlo a la manera tradicional. – Anuncie de forma traviesa mirando la forma en que rebelaba el contenido del paquete sin advertirlo lanzando al final ese dulce reclamo. -No tienes que decirlo bonita, te conozco a la perfección y se lo que te costaría mirar así que decidí hechizarlo.- Terminando por ver el tierno puchero que hacía siempre que se enfadaba.

Posteriormente note como su mente volvía a despistarse por mi pregunta, seguí lentamente sus pasos admirando hacia el callejón casi tropezando con ella pero logre detenerme antes de la colisión y negué con la cabeza al escuchar sus palabras. -De eso nada.- Negué rotundamente a la posibilidad de dejarle marchar sola, sonreí de lado y lleve mi mano a mis cabellos despeinándoles mientras pensaba ideando un plan en segundos. - Mi padre pasara por nosotros dentro de poco en su auto, te vas con nosotros y una vez en casa te llevare en la motocicleta.-Anuncie finalmente tocando su nariz con mi dedo índice dándole a entender que no recibiría un no por respuesta, después de todo mi hermana estaría divertida hurgando en las bolsas de sus compras y a mi padre no le importaría llevar a una pasajera extra, eso sin decir que podría disfrutar de su compañía por un par de horas más….